That dirty cocaine

... el rumor de los árboles
cuando sopla tu perfume
tensándome las venas
hasta asfixiarme.

... el reptar de tu inocencia
huyendo de madrugada
cuando me expando 
en la habitación.

... el chasquido de baba bajo la lengua
antes de mentir.

... el trueno de un adiós
en pleno juego
justo antes de ganar.

Heces del tiempo

Es el hedor

y la tibieza

que profanan el ambiente;

es eyaculación, pequeña y última muerte.

Llaga que dejó escapar tu memoria;

tiernos los ojos

que jamás vieron a dios.

Espíritu instant matic

Ay!
La sorpresa,
la invitación,

y las estrellas
pintando imágenes
surrealistas.

Entre los dedos,
el humus,
perfumándome
de vida.

Un otoño en la costa del silencio

Todo el tiempo que te amo

mi dios tiene el perfume

de la leña húmeda explotando alegre

y se me escurre el tiempo entre las piernas

recopilando imágenes que ciegan como el sol.
 

La historia es la ficción
en los ojos del que mira,
y en los besos
del que sabe
que no volverán.

El perfume de la ausencia

No llueve ya
dulcemente
al horizonte de esta aventura.


Breves
momentos de paz
a la sombra de una higuera
que se pudre
junto a sus frutos
cada mañana,

eternamente,

recordándote en el pecho
la imposibilidad de dios.

kōan

Deshumanizándome

te comprendo

reloj de arena

maldición del momento.

¡Todas mis soledades se hacen carne!

Punto rojo

             en el infinito

             de tu voz

                        asexual.

Simbiosis

la síntesis de tu carne

emplazada

en tus besos huecos,

            que me hunden,

                        lubricándome

                                   las horas obscuras.